
El Borussia Dortmund ya espera rival en octavos de final -saldrá del grupo de Inter, River y Monterrey– tras firmar un cómodo pero ajustado triunfo sobre los coreanos del Ulsan HD. Y lo hizo bajo la dirección de un gran Jobe Bellingham, asistente en el tanto alemán y líder en el despliegue ofensivo de los de Kovac. Svensson decidió pero el menor de los Bellingham ya marca diferencias en este Dortmund.
Bastaron 60 minutos del menor de los Bellingham para entender su papel trascendental en este Dortmund. En un primer tiempo arrollador, el centrocampista inglés hizo muchas cosas, y casi todas bien. Dispuso de hasta tres ocasiones claras para marcar y acabó asistiendo a Svensson en el, a la postre, tanto decisivo del equipo alemán.
Ulsan puso voluntad y no le perdió la cara al partido en ningún momento, pero ni con esas fue suficiente para creer en algo que no fuese la victoria del Dortmund en el TQL Stadium. En 45 minutos arrolladores, los de Kovac coleccionaron ocasiones y únicamente anotaron un gol.
A las ya mencionadas oportunidades fallidas de Jobe Bellingham se sumaron otras como un par de remates a placer de Gross y Guirassy que también encontraron la inspiración de Hyenwoo. El meta surcoreano fue el mejor de los suyos y mantuvo a Ulsan en el partido, especialmente en el primer tiempo. No pudo, eso sí, responder al disparo a quemarropa de Svensson tras un error en la salida del equipo surcoreano que aprovechó Jobe para robar y ceder al sueco.
Parecía el Dortmund tener el partido controlado pero la mínima ventaja armó de valentía a los surcoreanos, que también dispusieron de un par de buenas ocasiones, ya en el segundo acto. Fue entonces cuando Kobel realizó su aportación al triunfo alemán.
Otro par de paradas de mérito de Hyenwoo para minimizar el golpe del Dortmund y convertirse en el jugador del partido fueron el resumen de un tramo final donde Ulsan puso más voluntad que fútbol y nunca terminó de dar la sensación real de poder sorprender a un Dortmund que acaba este grupo sobrado, como primero, y a la espera de un rival que le pueda poner a prueba de verdad.