
Las bombas que lanzó Trump sobre las montañas de Irán tienen algunas ventajas:
No son atómicas. Todo puede empeorar.
Las bombas estarían a punto de caducar y había que consumirlas para poder ver su eficacia y fabricar otras más gordas, más inteligentes, etc. La eficacia no se ha podido comprobar, aunque algo habrán hecho. Los compradores han de fiarse del folleto.
Tirar las bombas muestra el ímpetu de Trump, incluso el valor: ambos estaban en declive tras meses de mucho farol y pocos éxitos.
El ataque con bombas enormes sobre Irán contradice los propósitos de Trump de acabar con las guerras. Da esperanzas al complejo industrial-militar.
Lo de menos es el resultado: ya dicen los expertos que Irán había sacado su uranio enriquecido el día anterior (hay consenso en que tiene 400 kilos, que caben en una furgoneta).
La peli Top Gun Maverick ya explica cómo se hacen esas misiones: con cazas muy antiguos y Tom Cruise.
Estas bombas cumplen la venganza por la humillación de los rehenes del año 1979. Estamos en paz.
Explicación alternativa verosímil: las bombas de Trump sobre montañas remotas de Irán fueron pactadas con Teherán, igual que la respuesta de Irán sobre bases USA de la zona con algunos misiles simbólicos y preaviso.
Lo único que haría abandonar el programa nuclear a Irán es invitarlo a celebrar un Mundial de Fútbol y participar en Eurovisión.
A Trump la operación de las bombas sobre Irán le sirve para llevar las facturas a la minicumbre de la OTAN y vender lotes enteros de armas a sus clientes aliados súbditos.
Los negocios solo son superados por los egos como motivo para las guerras. También cuenta librarse de procesos judiciales en curso, acatar el complejo militar-industrial mundial, etc.
La mayor ventaja de esta operación martillo de herejes es que nadie quiere que se interrumpa el trasiego de crudo o gas, ni los negocios en general.
El balance egos/negocios está equilibrado. Es posible que Trump no mande tanto como querría. Apenas le hacen caso. Y quizá por eso ha tirado estas bombas inéditas, las más gordas que hay. Es como dar un puñetazo encima de la mesa, a escala de su ego global.
El bombardeo demuestra que el imperio USA lo dirige el complejo industrial-militar sobre el que alertó Eisenhower.
La ventaja más evidente es que Trump ha forzado a los rivales a firmar una tregua: Israel se estaba quedando sin armas, Irán no tenía de nada. Sólo la furgona de uranio enriquecido circulando de aquí para allá.
Trump les quita protagonismo a China y Rusia. ¡Y al Papa!
Trump ha conseguido la foto de la Situation Room como la de Obama cuando mataron a Bin Laden (aunque Obama tenía un fotógrafo mejor y aquí no había prota malvado, solo un desierto).
Aparte de la tregua, con este asunto de las bombas los ayatolás consiguen que USA cumpla la venganza por lo de los rehenes de 1979 y se olvide el largo asunto.
El ataque sorpresa sobre Irán ha sido un marketing insuperable: ahora tendremos que comprar la bomba y seguro que ya habrá subido el precio. Para eso sirve la minicumbre de la OTAN.