Desde que el pasado domingo Pedro Sánchez anunciara que había llegado a un acuerdo con la OTAN para no tener que destinar el 5% del PIB de España en gasto en defensa parece haber llovido mucho, aunque el presidente del Gobierno se ha enrocado en su decisión pese a las amenazas de Donald Trump, que no para de insistir en que España acabará aportando lo exigido e incluso a avisado de que podría imponer sanciones.
Antes de que el presidente socialista saliera en rueda de prensa a hablar de la decisión, con la que se pretende aportar un 2,1%, el director adjunto de ‘El Español’, Fernando Garea, aseguraba en La Roca que la aportación de un 5% “es impresentable e inasumible para España“.
Para Garea, conseguir que el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, permitiera ese flexibilidad, “es un logro” de Sánchez. “Es una prueba de vida del presidente del Gobierno”, aseveraba en relación a los numerosos escándalos de corrupción que azotan el PSOE en los últimos días.
Durante esta semana, en una muy estudiada cumbre de la OTAN, Sánchez firmó el documento junto al resto de países con el que se compromete a aportar el 5% e gasto militar, pero insistió en que “cumplirá sus compromisos” gastando el 2,1%.
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