
Al día siguiente de la ceremonia de la boda, y tras dejarse ver por la tarde con un maxisombrero de paja y un minivestido negro, para la fiesta que debería (todo condicional es aquí un must) cerrar oficialmente la boda Bezos-Sánchez, Lauren Sánchez ha apostado por un look romántico del rosa con todo lujo de detalles y aplicaciones bling bling.
Sin tirantes, la creación se presenta a primera vista como un vestido tubo bien estructurado, para desvelar después una falda fruncida, con aberturas, que se abre en la parte inferior y recuerda a un corte sirena, casi como para crear continuidad con el vestido de novia lucido el día anterior. Una propuesta espectacular, tanto por la línea como por los detalles, un auténtico derroche de pedrería y lentejuelas, todas en varios tonos de rosa, con adornos plateados, que casi parecen componer un precioso puzzle que cubre el bustier extralargo del vestido.