
El doctor Pradeep Joshi trabajaba en Londres. Había regresado a India para recoger a su esposa, Koni Vyas, también médico, y a sus tres hijos, … Pradyut, Miraya y Nakul. Iban a iniciar una nueva vida en el Reino Unido. Los cinco figuran en la lista de fallecidos del vuelo de Air India que se estrelló contra una residencia médica en Ahmedabad. Historia truncada.
Otra. Antes de embarcar en ese vuelo hacia la capital británica, Khushboo Rajpurohit se hizo una última fotografía con su padre en el aeropuerto. Retornaba a Londres para reunirse con su esposo. Eran recién casados. Tras la foto y la despedida, Madan, el padre, volvió en coche a casa. Al llegar le informaron del accidente, de la pérdida de su hija. En el avión viajaba una historia por asiento, como refleja ‘indianexpress’: las de Shubh Modi y su hermana Shagun, hijos de un empresario del mármol. La de Vardichand Menaria y Prakash Menaria, cocineros en un restaurante londinense…
A las puertas del Hospital Civil de Ahmedabad, familiares de los pasajeros compartían su desesperación. Un hombre se derrumbó. Horas antes había recibido desde el Reino Unido una llamada de su sobrina:«Mamá y papá están en ese avión». Corrió en busca de información y la encontró:«Mi hermana y mi cuñado iban en el vuelo. Sus asientos, el 110 y el 111, están confirmados». Figuran en la lista de fallecidos. «Querían visitar a mi sobrina».
Otros allegados a las víctimas seguían soportando la incertidumbre. «Nadie nos deja entrar en el hospital. Nadie nos dice nada. No hemos venido por venir, sino para saber si hemos perdido a nuestra familia», protestaba, entre otros, Mahendra Vasandiya, de 65 años. Las primeras informaciones aseguraban que no había supervivientes. Luego se supo que había uno, el ocupante del asiento 11A. Ymás tarde se conoció su nombre:Ramesh Viswashkumar, de 40 años. Nadie más salió con vida del Boeing cuyo impacto contra una residencia médica provocó aún más muertes y, también, más incertidumbreentre los vecinos.
«Saltó por la ventana del segundo piso»
Raju Prajapai reside a pocos metros del lugar del accidente. «Oímos una gran explosión y salimos corriendo de casa. Había columnas de humo negro que se elevaban hasta el cielo. La gente gritaba y corría en todas las direcciones», relató. Otra vecina, Ramila, se preocupó por su hijo, que en ese momento estaba en la residencia médica sobre la que había caído el Boeing. «¡Está vivo! Saltó por la ventana del segundo piso y ha sobrevivido. Tiene algunas lesiones pero está vivo», repetía ante los micrófonos de la agencia Ani.
El diario ‘The Telegraph’ recogió la historia de Ranjijtha Gopakumaran, una de la víctimas. Trabajaba como enfermera en el Reino Unido y había regresado hace unos días a India para ver cómo iba la construcción de su casa en Pullad. Había ejercido su profesión durante ocho años en Omán antes de conseguir una plaza en la sanidad británica. Tenía 42 años y ahorraba para construir un hogar en su lugar de origen, donde acababa de despedirse de su esposo, Vineesh, y sus dos hijos, Rithika e Induchoodan. Había pedido un permiso para ver a su familia y regresaba al Reino Unido en el vuelo que nunca llegó a Londres.